Empecé en marzo de 2012 con lo que ellos llaman plano inclinado, pero a mi me gustaba más 'tobogán'. El plano inclinado me ayudaba a desplazarme porque al estar cuesta abajo, con unos pocos empujones llegaba al final y en mayo ya empezaba a hacer mis avances en el suelo. En mi visita de este verano a los Institutos de Fauglia (Italia) vieron que podía arrastrarme en el suelo y decidieron que ya no me hacía falta, que tengo una 'Victoria en Piso Inclinado'.
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